Comer unas seis o siete nueces cada día tiene
variados efectos positivos en tu salud cardiovascular y en tu peso.
Aunque es un alimento graso, como el resto de frutos secos, el tipo de grasa que contienen es
rica en ácidos grasos insaturados y mejora los parámetros cardiovasculares (colesterol, salud
de las arterias e hipertensión) sin alterar ni el peso. Los frutos secos y el aceite de oliva virgen
son los dos alimentos imprescindibles para que una dieta contribuya a la reducción de los factores de riesgo cardiovascular.
Comer nueces también es bueno en caso de padecer diabetes, porque podrían proteger contra
los procesos de inflamación crónica asociados a la resistencia a la insulina y a la diabetes, e
incluso, la capacidad antioxidante de sus componentes protegería frente al Alzheimer.
Si no las tomas habitualmente, puedes incorporarlas a tu alimentación diaria de formas variadas, por ejemplo:
- En el desayuno junto con los cereales (muesli)
- En el almuerzo o merienda (puedes tomar un
puñado de frutos secos variados, preferiblemente crudos, que e aportarán energía y te saciarán,
evitando que tomes alimentos superfluos como bollería, y harán que llegues a la comida o la
cena con menos hambre y por tanto comas con menos ansiedad)
- incorporadas en el pan (casero o industrial con frutos secos, pan de nueces y pasas...)
- en recetas saladas (troceadas en ensaladas,
aderezando los platos de arroz, pasta, cuscús y
lentejas, en patés o quesos veganos, como parte de rellenos de seitán...) o dulces (bizcochos,
compota de manzana y pera con nueces... ésto de forma más esporádica porque los azúcares
que contienen nos aportan muchas calorias).
Comer nueces no engorda. Son numerosos los estudios científicos que han probado una relación inversa entre la frecuencia del consumo de nueces y el índice de masa corporal.
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